Phone

+34 620 899 163

Email

caterina.alessani@gmail.com

Opening Hours

Mon - Fri: 9AM - 7PM

EL CUERPO Y LA GESTALT UNA VISIÓN INTEGRADA

La psicoterapia tradicional hereda de nuestra cultura una visión dualista de la relación mente-cuerpo. El proceso terapéutico pone el énfasis casi exclusivamente en el cambio de construcciones mentales y cognitivas. William Reich fue históricamente el primer autor en dar importancia a la vida corporal en relación a los problemas mentales, estudiando cómo las defensas del carácter se manifiestan en la postura y las tensiones, en la respiración, dando vida a la llamada “armadura muscular”.

Fritz.Perls alumno de Reich, con la Terapia Gestalt da vida a un enfoque totalmente nuevo, su método de hacer terapia brinda un enfoque Holístico, que considera mente y cuerpo como aspectos inseparables, busca la unidad de la persona considerando el organismo en su totalidad , pensamientos, emociones, movimientos… pero no como una simple suma de estas partes ya que el individuo es:


EL FRUTO DEL FUNCIONAMIENTO INTEGRADO EN EL TIEMPO Y EL ESPACIO DE LOS VARIOS ASPECTOS DEL TODO.

Cuando lo que experimentamos mental y corporalmente se experimenta de manera integrada, la realidad resultante es más profunda que la experimentada por separado.
La terapia gestalt identifica cinco niveles de experiencia:

  • El nivel cognitivo-verbal
  • El nivel imaginativo
  • El nivel emocional
  • El nivel sensorial
  • El nivel del cuerpo

Existe la concepción de que la conciencia es un proceso que se desarrolla y se mueve a través de los 5 niveles.
Cuanto mayor sea la implicación y armonización de estos niveles, más rica y completa será la conciencia que la persona tendrá de sí misma, esto permitirá que el organismo tenga un contacto satisfactorio también con el medio que le rodea y del que no es separado.

El crecimiento y desarrollo del ser humano están en profunda relación con el medio en el que se desenvuelve y al que pertenece, por ello es fundamental la cualidad del contacto con el medio, a través del cual la persona puede encontrar y asimilar lo que necesita para su supervivencia. y desarrollo, rechazando lo que no puede ser asimilado y utilizado Si durante el crecimiento, aspectos y cualidades del yo se vuelven problemáticos en relación con un entorno físico o social particular, entonces el niño, para enfrentar el conflicto entre la necesidad de ser aceptado y el miedo de ser rechazado (considerando que de niño una negativa se percibe como una amenaza real para la supervivencia), aquellas cualidades del yo consideradas inaceptables serán enajenadas. Las cualidades repudiadas del yo, así como las sensaciones, necesidades, expresiones, movimientos e imágenes, se mantendrán fuera de la conciencia, pero seguirán operando en las sombras.

De la misma manera, nuestro cuerpo, que tiene una estructura biológica básica determinada genéticamente, creará una estructura corporal adaptativa como respuesta creativa a las experiencias de la vida. Este último está representado por todas aquellas variaciones individuales, en cuanto a postura, movimiento, tensión, respiración, que formarán una estructura cristalizada, donde las expresiones corporales ya no serán conscientes, sino automáticas e involuntarias.
Por ejemplo, un sentimiento de ira reprimida puede conducir a un endurecimiento de los músculos del cuello y de la mandíbula, que permanecerá así, incluso cuando esta emoción no sea adecuada para el momento vivido en el presente.

Por lo tanto, las experiencias individuales están inscritas y moldeadas visiblemente en la estructura del cuerpo. Se origina como una respuesta creativa a un entorno difícil, pero también en relación con el dolor intrínseco de la vida. Al crecer uno se encuentra inevitablemente con experiencias dolorosas, que en sí mismas no son causa de daño al desarrollo del yo, siempre que puedan ser asimiladas adecuadamente dentro de la funcionalidad orgánica.

Lo que facilita la asimilación está bien representado por el beso de la madre en la herida del niño, que lo ayuda a sanar, aliviando una experiencia que de otro modo sería insoportable. A través de la presencia amorosa y el apoyo de una figura de apego o mediante el aprendizaje de nuevas habilidades, el niño puede asimilar experiencias dolorosas y aprender a lidiar con ellas sin sacrificar ninguna parte de sí mismo. Otros dolores son menos asimilables, tanto por su intensidad y constancia, como porque requieren una respuesta más compleja para su adaptación o porque este padecimiento puede estar dirigido a limitar el funcionamiento del propio organismo. Los ejemplos más llamativos los proporcionan los casos de maltrato y/o abuso físico: palizas, castigos humillantes violentos, amenazas constantes de daño físico, manipulación del cuerpo, intrusión de otros. El niño reacciona ante heridas de este tipo retirándose de la superficie de contacto de la piel y los músculos y enfrentándose a una herida que se ha repetido en el tiempo,

Recommended Articles