La sesión de Zen Shiatsu comienza con una conversación entre el operador y el receptor, cuyo propósito es la recopilación de información que se utilizará para evaluar la condición energética del receptor mismo.
Durante esta charla, será responsabilidad del operador crear un espacio de escucha empática, en el que el destinatario pueda sentirse acogido, sin ser juzgado de ninguna manera, pudiendo así contar qué lo llevó a desear un Tratamiento.
Por ejemplo, la simple necesidad de un momento de contacto con uno mismo y relajación, o un problema físico y/o emocional que requiere atención.
El destinatario podrá expresar lo que siente, sin ningún tipo de presión o pedido específico por parte del operador, quien posteriormente recogerá más información a través de la observación física.
Procedemos iniciando el tratamiento propiamente dicho: el receptor, vestido con ropa cómoda, se tumbará en el suelo sobre un futón, donde se realizará la evaluación energética de Hara, seguida del tratamiento de los meridianos energéticos mediante presiones particulares realizadas con el pulgar, el codo, la rodilla y la palma de la mano y la ayuda de otras técnicas, como los estiramientos musculotendinosos.
Las presiones de Shiatsu no suelen ser dolorosas, pero están calibradas para que entren a la profundidad adecuada y con la intensidad adecuada para que sean útiles para el receptor.
A veces puede ocurrir que se sienta dolor en algún punto durante la presión: en estos casos, si el dolor es leve y llevadero, es preferible que el receptor haga unas respiraciones un poco más profundas de lo normal, tratando de percibir si la sensación de dolor cambios (aumentos o disminuciones).
Si, por el contrario, el dolor se percibe agudo y molesto, es conveniente que el receptor se lo comunique al operador, quien en consecuencia reducirá la intensidad de la presión.
Es importante que el receptor nunca adopte una actitud de tolerancia al dolor, condición que puede llevarlo a contraerse y endurecerse.
Cada tratamiento es estrictamente personalizado, no se utilizan protocolos estándar.
Cabe precisar que la valoración energética no es una anamnesis clínica ni un diagnóstico médico, que son valoraciones estrictamente médico-sanitarias, y que cualquier información facilitada por el destinatario será tratada de acuerdo con el Código de Protección de Datos Personales (Decreto Legislativo 30 de junio de 2003 , nº 196).
